El alumno José Manuel Ferrary explica los inicios de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra en su trabajo de fin de máster.

José Manuel Ferrary, estudió el grado de Historia y luego realizó el máster en Contemporary History and Politics en la University of London, Birkbeck College. Fue al final de dicho periodo cuando se interesó por la “La historia de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra”. De la mano de su actual director de tesis, Pablo Pérez, se sumergió en esta “gran oportunidad” como él mismo detalla.

A través de su trabajo se pueden conocer los orígenes y el desarrollo de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, fundada en 1960 con el objetivo de dar apoyo financiero a la Universidad. Fue a partir de esa década, la de los años 60, cuando la ciudadanía comenzó a participar en debates públicos, surgieron iniciativas independientes y había mayor discusión pública.

El desarrollo de este asociacionismo creó una sociedad más dinámica y comprometida cívicamente. Estas asociaciones rompieron con la sensación de unidad del régimen y mostraron los distintos modos de entender la vida social y política en el país. Apareció un nuevo lenguaje cívico que resaltaba los valores de la libertad, la convivencia y el progreso.

Con este marco de referencia, la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra puede ser considerada un buen ejemplo de las organizaciones que permitieron la aparición de una sociedad democrática.

El origen de la Asociación

El contexto histórico complejo en el que se sitúa el trabajo de Ferrary era el de  un fuerte control estatal –fruto de la influencia de la Falange en el ámbito universitario– que hacía difícil la aparición de iniciativas privadas. La Ley de Ordenación Universitaria de 1943 suponía un importante monopolio del Estado en la educación. Por lo que la erección de la Universidad de Navarra como universidad católica en 1960 supuso un debate entre los que defendían las sociedades independientes y los partidarios de universidades estatales.

Así fue como en abril de 1960, Amadeo de Fuenmayor anunció el deseo de Josemaría Escrivá de Balaguer de que se creara la Asociación de Amigos de la Universidad. Se nombró al profesor Antonio Fontán primer presidente y se creó una Junta de gobierno con personalidades destacadas del país, como Gregorio Marañón Moya, José María Pemán o Ángel González.

El periodo inicial de la Asociación estuvo marcado por la polémica, pues era muy difícil que  que una clase política de pensamiento muy estatalista aceptara una universidad de iniciativa independiente.

Unos socios comprometidos

A partir de 1964, la Asociación crece rápidamente. Si en ese mismo año había 5.000 socios, en 1972 ya sumaban más de 17.000. En esta época comenzó la expansión a través de oficinas delegadas en otras ciudades españolas, la sistematización de las campañas, la renovación de los cuadros, la homogeneización de las estructuras, etc. Un ejemplo de su eficacia es la recaudación de 128 millones de pesetas en 1969.

La labor de la Asociación, sin embargo, no se limitaba a la búsqueda de financiación. Otras labores, como los contactos con ateneos obreros, la relación con otras asociaciones civiles, y la promoción de la universidad a través de películas documentales, fueron parte indispensable de la labor de la Asociación. En este sentido, la Asociación respondía al deseo del Fundador del Opus Dei, que en la homilía en el campus de 1967 proclamó: “Vosotros, Amigos de la Universidad de Navarra, sois parte de un pueblo que sabe que está comprometido en el progreso de la sociedad, (…) atestiguáis que una Universidad puede nacer de las energías del pueblo y ser sostenida por el pueblo”.

A través del trabajo de Ferrary se logra comprender que la Asociación no fue exclusivamente un recurso financiero para la Universidad, sino un ejemplo de la iniciativa ciudadana que, con las limitaciones de la situación política, buscaron soluciones a las necesidades que el Estado no podía satisfacer y crearon nuevos ámbitos de libertad. De modo que, como él dice, “sin la Asociación de Amigos, la Universidad de Navarra no habría sido posible”.

Tras haber presentado su trabajo de fin de máster, José Manuel está haciendo su doctorado gracias a una beca de la Asociación de Amigos. Su doctorado dista bastante de los orígenes de la Asociación, pues forma parte del Programa de Doctorado en Artes y Humanidades. Sin embargo, no quiere dejar de lado el tema y continúa investigando sobre los orígenes y sobre aquellas personas que lo vivieron. Tras haber investigado sobre la Asociación él no tiene duda, lo que más le llamó la atención fue “la altitud de miras y el sentido de responsabilidad de las primeras personas que formaron parte de la Asociación”.

 

La Asociación de Amigos en el tiempo

El 27 julio Monseñor Escrivá envía una carta al Estudio General de Navarra con las características que definirían a la Asociación de Amigos.
La Asociación de Amigos se registra como una asociación de carácter benéfico-cultural.
Se dio un aumento de los fondos a la Universidad.
I Asamblea General de la Asociación de Amigos.
La Asociación contaba con 5.000 socios en este periodo la Asociación consiguió llevar a cabo un documental a color de la Universidad con el que se realizaron diversos eventos.
La Asociación ya contaba con 11.300 socios con lo que aumentaron los fondos.
Se vivió el proceso de reorganización más importante en la Asociación que se tradujeron en un aumento del fondo a la Universidad y la necesidad de estandarizar la organización.
Los fondos para la Universidad siguieron aumentando hasta llegar a los 128 millones de pesetas.
En número de socios seguía incrementando, 17.230.

Ver el artículo en la Revista Amigos

 

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